miércoles, 19 de enero de 2022

La mujer sin nombre



El atardecer dejó paso a la oscuridad, la única luz existente procedía de las estrellas. El silencio de la noche se interrumpió por el galope de dos jinetes que se dirigieron al bosque, uno de ellos llevaba en su brazo una criatura destinada a ser abandonada  por ser fruto del amor entre un caballero y una princesa. Los llantos fueron insuficientes para ablandar el corazón de ese par de infelices que se limitaban a seguir órdenes, pues regresaron con las manos vacías al castillo.


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